Autora: Laura Castelló
Si las personas de los países empobrecidos no quisieran trabajar, no se jugarían la vida en travesías de miles de kilómetros para acabar haciendo los trabajos que nosotros no queremos. No están locos ni locas. Si escapan de sus pueblos es porque la realidad de pobreza, la desigualdad entre los países, y la falta de oportunidades son abrumadoras.
Cuando los españoles y españolas emigramos durante la crisis, ¿tampoco nos queríamos desarrollar?